Ante el creciente riesgo de clonación, una gran parte de las instituciones bancarias han optado por reemplazar las bandas magnéticas por chip EMV.
En el contexto de la ciberseguridad, proteger las transacciones financieras es una necesidad. Con el crecimiento acelerado del comercio electrónico y el uso de nuevas tecnologías para realizar pagos, tanto consumidores como empresas deben estar más alertas que nunca frente a las amenazas cibernéticas. Las herramientas y métodos de pago disponibles hoy en día ofrecen múltiples capas de seguridad, pero la educación y el uso adecuado son claves para minimizar los riesgos.
Entre los métodos de pago más utilizados, el chip EMV ha destacado por su capacidad para proteger contra el fraude. "El chip EMV es considerado el método de pago más seguro debido a su capacidad para generar códigos únicos por transacción, lo que dificulta la clonación o reutilización de datos", afirma Nicole Revillot, Country Manager de TUU. Este sistema ha reemplazado, en gran medida, a las vulnerables tarjetas con banda magnética, las cuales almacenan datos estáticos que son fácilmente clonables por los delincuentes. Las tarjetas sin contacto (NFC) también se están consolidando como una opción segura, gracias al uso de cifrado y la implementación de límites en los pagos sin PIN.
Sin embargo, cada método tiene sus desafíos. El mayor riesgo asociado al uso de la banda magnética es la posibilidad de clonación. En el caso de las tarjetas con chip, aunque el nivel de seguridad es superior, todavía existe el riesgo de fraude por robo físico, donde los delincuentes podrían utilizar tanto la tarjeta como el PIN robados. En cuanto a las transacciones sin contacto, aunque son seguras, un riesgo latente es el "fraude de proximidad", en el cual los delincuentes intentan interceptar la comunicación entre el dispositivo y el terminal. A pesar de este riesgo, las capas de seguridad adicionales y los límites establecidos para transacciones sin PIN minimizan el impacto potencial de fraudes significativos.
En este sentido, TUU ofrece una serie de recomendaciones a los consumidores para protegerse contra fraudes en los métodos de pago:
Utilizar la autenticación multifactor (MFA): Siempre habilitar métodos adicionales de verificación para las transacciones.
Monitorear las cuentas regularmente: Revisar los movimientos bancarios y reportar cualquier actividad sospechosa de inmediato.
No compartir información confidencial: Evitar proporcionar datos sensibles en sitios no seguros o a través de correos electrónicos o mensajes sospechosos.
Actualizar software y dispositivos: Mantener las aplicaciones bancarias y dispositivos actualizados con las últimas medidas de seguridad.
Usar plataformas seguras: Realizar compras solo en sitios con certificados de seguridad (SSL/TLS) y evitar redes Wi-Fi públicas.
Cuidado con el phishing: Desconfiar de correos o llamadas no solicitadas que pidan información personal o financiera.
En un entorno donde las amenazas cibernéticas están en constante evolución, el compromiso con la seguridad en los métodos de pago es una responsabilidad compartida entre consumidores, empresas y entidades financieras. “En este Mes de la Ciberseguridad, el llamado es claro: cada transacción debe ser realizada con la mayor precaución y utilizando las tecnologías más avanzadas para proteger los datos financieros y personales”, concluye la Country Manager de TUU.
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