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Ciberseguridad en Chile: Proteger los datos es proteger el negocio

Por Santiago Sánchez, experto en ciberseguridad en ZeroQ.



En el marco del Mes de la Ciberseguridad, es imperativo reflexionar sobre las crecientes amenazas a las que se enfrentan las organizaciones. El auge de la conectividad digital y la creciente dependencia tecnológica han convertido a nuestro país en un blanco cada vez más atractivo para los ciberdelincuentes. Según un estudio realizado por Chile Cyber Threat Activity, entre enero y septiembre de 2023 hubo un total de 700.000 ciberataques, un alza del 84% de secuestro de datos –en relación con 2022– y un tercio de los hackeos es procedente de China. 


La transformación digital ha sido un motor clave para el crecimiento de muchas empresas, pero también ha ampliado la superficie de ataque para los ciberdelincuentes. El volumen y la sensibilidad de los datos que circulan en redes y sistemas empresariales hoy en día requieren una protección mucho más sofisticada y constante. No importa el tamaño de la entidad o el sector en el que opere, la realidad es la misma: toda organización que maneje datos se enfrenta a riesgos crecientes y complejos en el ámbito digital.


Uno de los desafíos más apremiantes es la creciente interconexión de los sistemas. La adopción masiva de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) y la nube, aunque ha optimizado muchos procesos, ha creado nuevos puntos vulnerables que las empresas deben monitorear y proteger. Esto subraya la necesidad de que los líderes empresariales vean la ciberseguridad no solo como un gasto operativo, sino como una inversión estratégica. No se trata simplemente de evitar pérdidas económicas directas, sino también de proteger la reputación, la confianza de los clientes y la estabilidad operativa.


Es esencial entender que la ciberseguridad no es solo un asunto de tecnologías avanzadas o sofisticados sistemas de defensa. Si bien estos son componentes críticos, la prevención efectiva comienza con una sólida cultura organizacional. Las empresas deben fomentar una mayor conciencia sobre la ciberseguridad entre sus empleados, desde la alta dirección hasta cada miembro del equipo. Muchas brechas de seguridad ocurren debido a errores humanos, ya sea por desconocimiento o descuido, por lo tanto, capacitar a los empleados para reconocer riesgos potenciales y adoptar buenas prácticas digitales es una parte fundamental de cualquier estrategia de protección de datos.


En este sentido, la ciberseguridad debe integrarse en todos los niveles del negocio. No es suficiente delegar esta responsabilidad exclusivamente al equipo de TI; debe ser una prioridad en las discusiones estratégicas de la organización. Los directivos y líderes empresariales tienen la responsabilidad de asegurarse que sea parte del ADN corporativo y que se dispongan los recursos necesarios para mantener protegida la información crítica. La confianza que los clientes depositan en una empresa se sustenta, en gran medida, en la capacidad de esa organización para mantener sus datos seguros.

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