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Diego Botero: el visionario colombiano que está revolucionando la escena musical del continente

Desde su natal Ibagué hasta las vibrantes calles de Estados Unidos, la vida de Diego Botero ha sido un viaje de exploración y creación artística constante.



Desde su natal Ibagué hasta las vibrantes calles de Estados Unidos, la vida de Diego Botero ha sido un viaje de exploración y creación artística constante. Su historia no es solo la de un músico, sino la de un visionario que ha sabido reinventarse, llevando la riqueza de sus raíces colombianas a escenarios internacionales y fusionando géneros con maestría.


Hablar de Diego Botero es hablar de un joven soñador que, con determinación y talento, transformó su pasión en una carrera trascendental. Su vida es la de un alquimista del sonido, un creador incansable que ha forjado su propio camino dentro de la escena musical latinoamericana.


Desde Ibagué, la ciudad musical de Colombia, hasta Estados Unidos, su trayectoria está marcada por la búsqueda de nuevos horizontes, la osadía de desafiar lo establecido y el anhelo de construir puentes entre culturas a través de la música.


Músico, compositor, productor y gestor cultural, Diego no concibe la música como una simple sucesión de notas, sino como un lenguaje vivo, un testimonio de identidad, un punto de encuentro entre lo tradicional y lo contemporáneo. Ha sabido integrar el folclor con el rock, el jazz con los sonidos urbanos, y la tradición con la vanguardia. Su legado es el de un artista que ha trascendido géneros y geografías. Esta es su historia.



Un comienzo marcado por la raíz y la rebeldía


Desde su infancia, la inclinación artística de Diego Botero era evidente. Su talento lo llevó a convertirse en cantante solista del Coro Infantil de Leonor Buenaventura, a ganar concursos folclóricos intercolegiados y a participar en las eliminatorias del prestigioso Festival Mono Núñez. Su formación inicial estuvo impregnada de los sonidos autóctonos de su tierra, pero para Diego, la tradición nunca fue un destino final, sino el punto departida de un viaje mucho más ambicioso.


"Desde muy temprana edad manifesté un profundo interés por la música, la actuación, la danza y el teatro", recuerda Botero, evocando esos primeros años en los que el arte se convirtió en su forma de entender el mundo.


La rebeldía de la adolescencia lo llevó a descubrir el rock, un género que expandió sus horizontes y avivó su deseo de desafiar lo convencional. A los 15 años, fundó Don Peyote, la primera banda de rock alternativo de Ibagué en grabar un CD, un hito que marcó el inicio de su carrera profesional.


La falta de ingenieros de sonido especializados en géneros distintos al folclor lo impulsó a desarrollar de manera autodidacta habilidades en mezcla y sonido en vivo, competencias que con el tiempo se convertirían en pilares fundamentales de su trayectoria.


Don Peyote se abrió paso en la escena musical colombiana, girando por el país y compartiendo escenario con agrupaciones legendarias como Aterciopelados, La Derecha y Maldita Vecindad.


La pasión de Diego por la música trascendía su propia banda: él quería crear una comunidad.



Creando escena, creando comunidad


Diego Botero no solo ha sido un intérprete excepcional, sino también un arquitecto de espacios para la música. En 1998, cofundó el festival Rockconcha, un evento gratuito que democratizó el acceso a la cultura en Ibagué y se convirtió en un referente para la escena alternativa.


Su compromiso con el talento emergente lo llevó a colaborar con proyectos como La Contrabanda y Julia en The Summersex, y a participar en la selección de músicos para programas de televisión y producciones cinematográficas.


En el mundo audiovisual, trabajó junto a Mauricio Navas Talero en la selección musical de la telenovela Pura Sangre y con Carlos Iván Medina en producciones discográficas para Carlos Vives y La Provincia. Su capacidad para conectar la música con otras disciplinas artísticas lo ha llevado a colaborar con actores como Gonzalo Vivanco, fortaleciendo la expresión musical y corporal en cine y televisión.



Kenke: otra promesa cumplida


"Llegué a Estados Unidos y fundé Route A, un proyecto diseñado para impactar positivamente a niños y adolescentes con diferencias cognitivas", explica Diego Botero. Para él, la música siempre ha sido una herramienta de transformación social, un medio para inspirar y conectar con las personas más allá del entretenimiento.


En 2019, dio vida a Kenke, un proyecto que trasciende la música para convertirse en un movimiento de resistencia cultural, un espacio de experimentación y un trampolín para el arte emergente. En Kenke House, su estudio, ha trabajado con artistas de la talla de Mauro Castillo, Naty Botero, Alcolirykoz y Los Toreros Muertos. En 2024, consolidó la categoría Kenke dentro de SmartFilms, el festival de cine hecho con celular, promoviendo la sinergia entre la música y el mundo audiovisual.


"Con Alcolirykoz, por ejemplo, trabajé en la grabación de El Arte del Loop en Kenke House, mi estudio y parte fundamental del proyecto Kenke", complementa.



El 2025 promete ser un año clave en su carrera. La gira 40Años Salvando al Mundo en la costa este de Estados Unidos contará con Kenke como invitado especial para abrir los conciertos. A la par, la firma con Warner Music Global y ADA como distribuidora exclusiva confirma la proyección internacional del proyecto y reafirma a Diego Botero como un actor clave en la evolución de la música latina.


"Impulsé, además, La Fiesta del Pueblo, una canción en colaboración con destacadas artistas colombianas: Naty Botero, Cumbia Queen, Linica y Adry la Fantástica", finaliza.



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