Por Yael Schkolnick, socia fundadora de Socialup.
Según un estudio realizado por el MIT en colaboración con la Oficina del Censo de EE. UU., las personas mayores de 50 años tienen el doble de probabilidades de éxito al emprender que sus contrapartes más jóvenes. Este hallazgo desafía las creencias convencionales que suelen asociar el emprendimiento con la juventud, siendo un claro indicio de que la experiencia y la sabiduría acumulada a lo largo de los años pueden ser activos invaluables en el mundo empresarial.
En este sentido ¿Alguna vez te has parado frente al espejo y te has preguntado qué sigue? Es una interrogante común, especialmente cuando nos enfrentamos al final de una carrera laboral de larga duración. El primer paso para emprender un nuevo camino es definir nuestro propósito. Esto implica descubrir no solo nuestros talentos, sino también nuestras pasiones más profundas. Estas motivaciones intrínsecas son cruciales para encontrar dirección y significado en nuestra vida.
Sin embargo, emprender después de los 50 puede ser desafiante. Requiere enfrentar la incertidumbre y aprender a ver los errores como oportunidades de crecimiento. La resiliencia se vuelve fundamental para superar los obstáculos y mantener una actitud positiva ante los desafíos que surgen en el camino.
Para muchos, el temor al desempleo se intensifica a medida que se acercan a los 50 años, conscientes de las dificultades para encontrar trabajo en un mercado laboral que a menudo privilegia la juventud. Otros se enfrentan a la jubilación forzada, a pesar de su deseo y necesidad de seguir contribuyendo.
Por esto es crucial que la sociedad abandone los prejuicios basados en la edad y reconozca el valor y la capacidad de las personas mayores. Mientras tanto, es importante tomar medidas para prepararse para esta realidad. Emprender un nuevo camino después de los 50 puede ser una opción viable, especialmente si se planifica cuidadosamente y se cuenta con una red de apoyo sólida.
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