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Enseñanza STEM: potenciando la educación escolar en Chile

Por Rogers Méndez, Docente de Especialidad en Programación y Coordinador del modelo de Innovación de la Fundación Educacional Comeduc.



En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) se ha destacado como una tecnología que promete aumentar la productividad y el crecimiento económico. Su capacidad predictiva permite a las empresas analizar grandes volúmenes de datos de manera más eficiente, mejorando significativamente sus resultados. Se proyecta que la IA tendrá un amplio impacto en el PIB, incrementando tanto el rendimiento de los trabajadores como las tasas de innovación y la productividad general de la economía. Goldman Sachs (2023) sugiere que la IA generativa podría aumentar la productividad global en un 1,5% anual durante los próximos 10 años. Sin embargo, para aprovechar plenamente su potencial, es necesario contar con capital humano especializado en STEM.


La enseñanza STEM no solo se enfoca en impartir conocimientos técnicos, sino que también cultiva habilidades esenciales como el pensamiento crítico, la resolución de problemas de forma creativa y la colaboración efectiva. En un mundo digital en constante cambio, estas competencias son vitales para que los jóvenes puedan adaptarse y prosperar. Las empresas hoy buscan profesionales con habilidades en áreas como programación, análisis de datos, inteligencia artificial y robótica. En este sentido, los estudiantes que desarrollan estas habilidades tienen mayores oportunidades de éxito profesional.


Rogers Méndez

Sin embargo, en Chile las habilidades STEM muestran falencias significativas según pruebas estandarizadas en matemáticas y ciencias. Los resultados de la prueba PISA 2022 indican una disminución en matemáticas, con un promedio de 412 puntos, similar al de 2008 (411 puntos). En ciencias, el rendimiento se ha mantenido casi sin cambios en los últimos quince años, con un promedio de 444 puntos en 2021 comparado con 438 puntos en 2006. En 2022, solo el 44% de los estudiantes chilenos alcanzó un nivel básico en matemáticas, frente al 69% del promedio OCDE, y apenas un 1% logró el nivel máximo (promedio OCDE: 9%). En ciencias, el 64% de los estudiantes chilenos alcanzó el nivel 2, comparado con el 76% de la OCDE, y sólo un 2% obtuvo resultados en los niveles más altos (promedio OCDE: 7%).


Fomentar el uso de estrategias STEM en la educación escolar de Chile es clave. Al principio, es normal enfrentar la resistencia al cambio, pero con el tiempo, los estudiantes y la comunidad educativa en general se convencen de su importancia. En mi experiencia como docente especializado en innovación y programación, los estudiantes aprenden a pensar de manera crítica, a resolver problemas complejos, a colaborar de manera efectiva y a comunicarse con claridad.


He sido testigo de cómo mis estudiantes se han vuelto más comprometidos y motivados, participando activamente en proyectos prácticos y relevantes que capturan su interés y los convierten en dueños de su aprendizaje. A medida que superan desafíos y resuelven problemas, su confianza crece y desarrollan una mentalidad de crecimiento, creyendo en su capacidad para aprender, mejorar continuamente y alcanzar sus metas.



En este contexto, las iniciativas que brindan acceso a recursos, herramientas y mentorías, permitiendo abordar problemas reales de las comunidades a través de proyectos STEM, son invaluables. Es el caso del programa Solve for Tomorrow de Samsung, que ofrece a los estudiantes la oportunidad de ver cómo sus ideas pueden marcar la diferencia en el mundo real para mejorar la calidad de vida de las personas, aumentando su motivación y mejorando sus resultados académicos.


Como docentes, podemos transformar las vidas de nuestros estudiantes. Debemos replantearnos nuestras prácticas docentes e innovar constantemente. Actualmente, impactamos a toda una comunidad educativa conformada por 19 establecimientos y más de 12.000 estudiantes a través de nuestra Fundación Educacional Comeduc, que incorpora la innovación como uno de sus sellos educativos.


La proyección de la educación STEM en Chile y Latinoamérica promete un futuro donde ésta sea accesible para todos, independientemente de su origen socioeconómico o ubicación geográfica, donde el acceso a ellas sea diverso e inclusivo, con una representación equitativa de mujeres y minorías en estos campos. Este tipo de educación es la clave para que los años venideros sean más brillantes y prósperos para nuestros estudiantes y nuestras comunidades. Es una inversión en el potencial humano y en la capacidad de nuestra sociedad para innovar y crear soluciones para vivir en un mundo mejor.

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