Un día como hoy 21 de Septiembre, pero de 1947 en Portland, nace un maestro del terror, Stephen Edwin King.
Stephen King atrae al adolescente en caos o al adulto nerd en caos, a todo aquel que cree firmemente en que las personas pueden dividirse en malas y buenas, en un dualismo.
Desde 1974, Stephen King nos ha deleitado con 61 novelas (siete de ellas, bajo el seudónimo Richard Bachman) y siete libros de no ficción. Ha escrito, además, alrededor de 200 relatos y novelas cortas, la mayoría de los cuales han sido recogidos en once colecciones.
Su ficción no es solo un reflejo de la cultura actual, emite un juicio. La inocente Carrie White se despierta con su período y telequinesia en el apogeo del movimiento de mujeres. No es de extrañar que todos metan la pata en esta novela, y no es de extrañar que estemos encantados de que los mate a todos por lo que le hicieron.
En Cujo, el materialismo de la familia estadounidense de la década de 1980 se desgarra desde adentro, representado por el perro de la familia enloquecido.
En algunas novelas de King, lo que está en juego es el alma del individuo: ¿Johnny asesinará al senador para salvar el futuro del mundo?, como en The Dead Zone. En otros, es la unidad familiar: ¿Wendy asumirá la responsabilidad, golpeará a Jack en la cara con un cuchillo y salvará a su hijo?, como en El Resplandor. En otros como The Stand, The Gunslinger Series o Running Man, la pregunta es: ¿Seremos los héroes de nuestras sociedades y comenzaremos a dirigir este barco en la dirección correcta?, ¿Tenemos el coraje de salvar el mundo?
Vivimos en tiempos difíciles. Es genial pretender que las preguntas en las novelas son tontas o irrelevantes: reducciones "chafas" de problemas mucho más complejos. En otras palabras, el tratamiento de King de este tema es una “tontería”. Pero realmente, ¿no vale la pena hacerse estas preguntas? ¿No son las únicas preguntas que vale la pena hacer?
Nadie, excepto King, nos desafía tan insaciablemente a ser valientes, para matar a nuestros monstruos. Eso es porque es un creyente; para él, no es una tontería. Cuando leemos su ficción, pensamos, quiero ir a besar a mi pololo, abrazar a mi madre y dar gracias a Dios que están sanos. Quiero arreglar las cosas que están rotas. Nos anima a ser una mejor versión de nosotros en cada entrega.
Una nota final sobre King, NUNCA olvidamos a sus personajes, Viven, respiran. Sus pensamientos son inquietantemente familiares, especialmente los oscuros. Hacen las cosas que queremos hacer, o fracasan de la manera en que nosotros fallamos y desearíamos no haberlo hecho. ¿Dónde más deberíamos buscar a nuestros héroes, si no en la ficción? ¿Dónde están ahora mismo? Silencioso, quizás. No tan audaz como esperábamos. King nos dice que tenemos que inventar esos héroes. Necesitamos ser ellos.
Muchas gracias maestro por cada entrega , y seguimos atentos a más!
Feliz cumpleaños y que sean muchos más
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