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La deuda disfrazada de comodidad: lo que nunca deberíamos financiar

Por Yoel Sardiñas, inversionista en la bolsa de Nueva York y conferencista exitoso. Fundador y CEO de Investep Academy.



Financiar el almuerzo en cuatro cuotas ya no es una exageración. Es una realidad. Y es peligrosa.

 

Recientemente, DoorDash, una de las plataformas de delivery más populares en Estados Unidos, anunció una alianza con Klarna, la fintech de pagos en cuotas. ¿El objetivo? Permitir que los usuarios dividan el pago de sus comidas o productos de más de 35 USD en hasta cuatro cuotas, o aplazar el pago para fechas futuras.

 

Lo que podría parecer una simple facilidad de pago, en realidad enciende una alerta: estamos empezando a financiar lo que deberíamos poder pagar en el momento. Y eso dice mucho sobre el estado actual de nuestras finanzas personales.

 

Este fenómeno no ocurre en el vacío. Según el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, el 74% de los adultos en Estados Unidos tiene al menos una tarjeta de crédito. En 2023, la tasa de interés promedio superó el 23% anual, una cifra mucho más alta que la de cualquier otro tipo de préstamo o bono.

 

Además, los saldos de tarjetas de crédito aumentaron en 45.000 millones de dólares solo en el último trimestre de 2024, alcanzando los 1,21 billones. Y las morosidades graves —retrasos de más de 90 días en los pagos— siguen en ascenso, especialmente en productos como tarjetas de crédito.

 

El verdadero problema no es Klarna ni DoorDash. Es la creciente normalización de usar deuda para cubrir lo básico. Es financiar un estilo de vida que no podemos sostener. Es olvidar que el crédito no es un ingreso.

 

¿Qué nunca deberíamos financiar?

 

  • La comida diaria: si no podemos pagar el almuerzo o mercado hoy, no lo paguemos mañana con intereses.

 

  • Compras impulsivas: lo que no planificamos con la cabeza, lo terminaremos pagando con el bolsillo.

 

  • Gastos recurrentes: si tenemos que financiar lo que se repite cada mes, necesitamos revisar el presupuesto, no buscar más cuotas.

 

  • Caprichos camuflados de necesidades: no todo lo que se nos antoja es prioridad.

 

La tecnología financiera puede ser una herramienta poderosa, pero también una trampa elegante. Lo que tenemos en la palma de la mano no siempre es libertad. A veces, es una alerta.

 

Y si alguna vez te ves decidiendo si pagar el sushi con acompañamiento y bebida en cuatro cuotas…, tal vez lo urgente no sea el delivery, sino recuperar el control de tu bolsillo.

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