Por Cristobal Rodillo, CEO-Founder de Prozer.
La Inteligencia Artificial (IA) a menudo es vista a través de un lente de recelo y preocupación. Las noticias y debates tienden a enfocarse en sus riesgos potenciales y en sus posibles consecuencias negativas, desde la pérdida de empleos hasta el riesgo de que se vuelva incontrolable. Sin embargo, es fundamental reconocer que la IA no es solo un agente de cambio negativo; también está desempeñando un papel crucial en la promoción del progreso y en la transformación positiva de diversos sectores.
Uno de los ámbitos en los que la IA ha tenido un impacto particularmente notable es en el comercio. Las empresas están aprovechando la IA para optimizar sus operaciones, mejorar la experiencia del cliente y tomar decisiones más informadas. Los algoritmos de aprendizaje automático permiten a las compañías analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones de comportamiento y prever tendencias de mercado. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también permite una personalización más precisa en el marketing y la atención al cliente, lo que resulta en una mayor satisfacción y lealtad de los consumidores.
Además de mejorar el servicio al cliente, la IA puede guiar y hacer recomendaciones más acertadas sobre lo que realmente buscan los clientes, permitiéndoles ser atendidos cuando lo deseen, sin estar limitados por los horarios de oficina. Desde una perspectiva laboral, la IA requiere la experiencia de los ejecutivos que, hasta hace poco, el mercado consideraba obsoletos. Aunque la IA puede hacer propuestas, el verdadero valor surge cuando se combina con el conocimiento y la experiencia humana. Por ello, una persona con una amplia trayectoria en un sector específico, y con conocimientos en IA, puede potenciar toda su experiencia, haciendo que su productividad se apalanque y se vuelve exponencial con la IA.
Mi propia experiencia es un ejemplo de esto. Con un problema en la retina que dificulta tareas comunes, hoy, con las herramientas adecuadas y con una visión muy limitada, puedo liderar una empresa apoyándome en la IA para análisis, desarrollo de bases de datos, algoritmos, y mucho más. Comenzando con el deseo de aprender y sumando mi experiencia a la IA, me he convertido en un experto en modelos de ventas con IA, los cuales apalancan mi extensa carrera comercial, fusionando mi inteligencia con la artificial, donde mi limitación visual pasó a segundo o tercer plano.
La IA no debe ser vista como un adversario, sino como un aliado. Con la combinación adecuada de experiencia humana y tecnología avanzada, podemos superar los desafíos actuales y abrir nuevas puertas hacia un futuro más prometedor.
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