El documental se estrenará en exclusiva en Prime Video el próximo 13 de mayo.
Debemos decir que Amazon lleva embarcado en varias series de artistas mostrándonos más allá de la cara que todos vemos en la televisión o redes sociales. Todos ellos se abren y vemos que no solo son esas celebridades que admiramos, sino que, vemos a gente de carne y hueso con sus aspiraciones, demonios y problemas cotidianos.
Ayer, hemos podido visionar el documental de Lola Índigo: La Niña y, aunque fuimos invitados vestidos de gala y no habíamos ido a trabajar, nos hace ilusión compartir con vosotros esta experiencia. De hecho, pretendo escribir más este artículo como una crónica contando mis sentimientos y experiencias como si fuera una hoja de un diario.
El evento tenía lugar en los Cines Luxury Palafox de Madrid, donde no solo nos esperaba una sala llena de butacas, sino que a la entrada estaban todos los invitados. Famosos posando en el photocall, periodistas y fans, sí fans, porque hablando con una de ellas nos contó que Lola Índigo había sorteado unas cuantas entradas, un gran detalle ya que podíamos ver entre la multitud celebridades de nuestro país de diferentes índoles como Risto Mejide, Ana Guerra o Violeta Mangriñán. Pero lo que más captó nuestra atención fue la puesta en escena llena de colores fucsia, un dj, una máquina de baile y una máquina de recreativos. Cada vez éramos más los que deseábamos ver el proyecto que estaba llevando a cabo Prime Video y Universal Entertaiment.
Cuando entramos a la sala las butacas lujosas del cine nos esperaban con una botella de agua y unas palomitas con la foto de la anfitriona. Tras una espera el equipo y Mimi comenzaron a presentar el documental. Hablaban con emoción desde una de las salas y transmitían simultáneamente el discurso en los distintos lugares del cine.
Termina el discurso y comienza la proyección. Podríamos decir que no es algo que no hayamos visto antes ya que, no tiene una estructura o narrativa diferentes a lo que estamos acostumbrados. Aun así, nos llegó la verdad y la humildad que transmitía. Mimi nos hablaba de sus dos personalidades la Mimi de toda la vida y Lola Índigo, la artista y celebridad. Se sinceraba y se abría dejándonos ver que aún era una joven de barrio que le gustaba bailar y cantar. Su vida profesional, nada fácil, hizo que ella luchase contra viento y marea para poder alcanzar su sueño, un sueño que la llevó a lo más alto.
También nos habla de su desorden alimenticio y de sus aspiraciones para ayudar a todas esas niñas a que se quieran tal y como son. Frases que por veces no tenían sentido, pero justo eso es lo especial de este documental, que no está tan preparado ni es tan artificioso como podría llegar a ser. Desde mi punto de vista creo que puede transmitir unos valores y una forma de pensar diferente a la que estamos acostumbrados.
Una historia de superación, de lucha por no ser la chica convencional enmarcada en un patrón y, es justo ahí, de esa originalidad donde nace ese estilo característico de lo que es Lola Índigo.
Al salir, emocionados y contentos con lo que habíamos visto nos esperaba una fiesta en la que los invitados saludaban a Mimi, incluidos los fans, algo que a mi parecer recalca y demuestra el buen corazón de la artista. Nosotros nos quedamos hasta el final y hasta pudimos probar la máquina de baile mientras éramos grabados por los invitados. Una experiencia increíble donde se recalca que detrás de esa máscara lujosa y ostentosa hay trabajo, sudor y esfuerzo, algo que yo misma como creadora de contenido siento en mi propia piel.
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