En la intersección entre la moda y la inteligencia artificial se fusiona la creatividad humana con la innovación tecnológica. Este fenómeno fue explorado por la diseñadora Karyn Coo, chilena pionera en incorporar la IA en sus creaciones. Asimismo, los diseñadores Benjamín Valdés y Daniela Bustamante comparten sus reflexiones acerca de los desafíos y transformaciones en la industria.
Durante los últimos años, múltiples empresas han invertido en el desarrollo de la inteligencia artificial, mientras que diversas industrias han mostrado interés en integrar en sus operaciones. La moda, por supuesto, no ha sido una excepción en este avance. En la intersección entre la moda y la inteligencia artificial se encuentra un fascinante terreno donde la creatividad humana se fusiona con la innovación tecnológica para redefinir la industria del vestuario.
La aplicación de algoritmos de aprendizaje automático, análisis de datos y sistemas de recomendación está revolucionando cada aspecto del ciclo de vida de la moda, desde el diseño y la producción hasta la distribución y la experiencia del cliente. Así, no solo impulsa la eficiencia y la personalización, sino que también desafía las convenciones estéticas y abre nuevas fronteras para la expresión.
La destacada diseñadora nacional Karyn Coo, en colaboración con WISE Innovation Studios y Samsung Chile, creó la primera colección chilena hecha con IA. En ésta -que se presentó en la exposición “Just Another AI. Exhibition”, donde los asistentes probaron los teléfonos de la Serie Galaxy S24- reimaginó y rediseñó con IA las diez prendas con las que la diseñadora de moda ganó el popular programa de TV “Project Runway” hace 13 años. Para Coo, integrar la IA en su proceso creativo ha representado un desafío, requiriendo una comprensión profunda de las nuevas tecnologías y su aplicación en el ámbito de la moda.
“Para usar la inteligencia artificial es necesario ser muy específico en lo que deseas. Debes tener una idea clara y poder transmitirla de manera tangible para obtener resultados útiles. En mi caso, fue una ayuda, me fue arrojando ideas, rescaté ciertas cositas y finalmente el diseño es ciento por ciento mío, salió de mi esencia y creatividad. Creo que la inteligencia artificial no reemplazará la creatividad, al menos en mi caso”.
En el caso de Benjamín Valdés, diseñador de moda y fundador de la marca “Valdés”, así como embajador de Samsung, reconoce aspectos positivos de esta tecnología porque ayuda a optimizar tiempos y a organizar. También destaca su potencial para generar imágenes, formas y sensaciones que alimentan el desarrollo creativo, aunque prefiere mantener el control sobre la esencia de su trabajo, pues considera que la identidad y la visión personal son fundamentales en cualquier expresión artística, como el diseño.
“Me parece que es alucinante la inteligencia artificial, lo que logra generar. Imagino que uno le da ciertas directrices y a la hora de explorar, obviamente, uno siempre tiene que estar dispuesto y abierto a probar. Aunque la esencia de cualquier rama del arte, como el diseño, es cómo una persona logra plasmar su identidad, su experiencia, su visión, su punto de vista, su análisis sobre su trabajo. No cierro la puerta ni la posibilidad a generar un proyecto en particular donde la inteligencia artificial pudiera abrir un proyecto creativo, porque los tiempos van evolucionando y hay que estar siempre permeable a ese tipo de cambio”.
Daniela Bustamante, también amiga de Samsung, y destacada diseñadora y estilista, apunta hacia un uso prudente de la inteligencia artificial en el ámbito creativo. “Si bien estoy de acuerdo con que la IA bien utilizada puede ser un aporte, me parece que descansar en ella para los procesos creativos podría ser un poco buscar un comodín, porque al final del día es nuestro trabajo hacer esa parte”.
Para Daniela, el desafío de un diseñador es buscar fuentes de inspiración, pero sí está de acuerdo en que puede ayudar a buscar soluciones a problemas que hoy no se han resuelto en el área logística y de sustentabilidad.
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